jueves, octubre 29, 2009

DE NUEVO ME MANIFIESTO





El verano pasado mi destino vacacional ha sido el oeste americano, una vez más he cruzado el Atlántico para encontrarme con paisajes alucinantes, ciudades enormes y verdaderamente curiosas de este enorme país. Después de un largo vuelo con escala en Londres, aterrizamos en la ciudad de Los Ángeles, preciosa la vista aérea antes de tomar tierra. Conocimos algunos de los lugares más típicos como el centro financiero, Beverly Hills, el paseo de la fama, Hollywood, los Estudios Universales, la parte más antígua de la ciudad donde aún queda una de las viviendas típicas de la época de la colonización española (Adobe). Al día siguiente recorrimos el desierto de Sonora para llegar a la calurosa ciudad de Phoenix, de la que vimos realmente poco. Seguimos ruta hasta el Gran Cañón del Colorado, pasando por Sedona y sus curiosos y pintorescos paisajes. Disfrutamos de gran parte de la tarde hasta la puesta de sol enriqueciendo las pupilas con las vistas de este fenómeno natural, con razón le tienen como una de las grandes maravillas naturales. La Naturaleza se entretuvo en este lugar para crear un paisaje único que perdura durante miles de años para nuestro disfrute y recordarnos cuanto es capaz de hacer. Al día siguiente lo sobrevolamos en una avioneta y llegamos hasta Monument Valley, en plena reserva de los Navajos, allí pudímos contemplar un paisaje completamente distinto y típico de las películas del Salvaje Oeste. La excursión en avioneta aún nos tenía reservada otra maravilla, el vuelo de regreso a través del Lago Powell, precioso, pero este sí que tiene un toque de la mano del hombre, ya que se ha formado al represar el río Colorado y quedar inundado el laberinto de cañones de la zona. Por suerte navegamos por uno de ellos por la tarde antes de salir para el parque nacional de Zion. Como comienzo de un nuevo día, visitamos el impactante cañón del Bryce, resultado de la erosión del terreno y después nos adentramos en el parque nacional de Zion y sus enormes paredes de piedras que encajonan el río. Atravesamos el parque y llegamos a la ciudad de Las Vegas. Un lugar donde todo tiene cabida y está de manifiesto la ambición humana por todas partes. Hoteles enormes con decoraciones fantásticas y todo gira en torno al juego y al dinero, es una ciudad que te impacta en cada paso que das a través de sus enormes avenidas y donde todo se mantiene abierto durante las 24 horas del día. Multitud de espectáculos y entretenimientos para las miles de personas que visitan a dirario esta Perla del Desierto. Imposible ver todo en el tiempo que estuvimos pero creo que lo aprovechamos bien y disfrutamos de gran parte de cuanto la ciudad ofrece. Dejamos atrás Las Vegas y nos dirigimos hasta Mammoth Lake dejando atrás el desierto para adentrarnos en la Cordillera de Nevada. Es un lugar con instalciones donde se practica deportes de invierno y ahora en verano te brindan la oportunidad de conocer, a través de senderos y excursiones, la zona de bosques y montañas, es muy visitado por turistas y por los propios americanos. Dejamos esta zona para dirigirnos a Yosemite, otro parque nacional donde se encuentran monumentales paredes de granito, algunas de ellas como "El Capitán"es el desafío de escaladores de todas partes del mundo. Preciosos valles con frondosos bosques y montañas con fabulosas cascadas dan fama a esta zona, un paraiso para la gente que gustan disfrutar de la Naturaleza. Dejamos Yosemite y nos dirigimos hasta la ciudad de San Francisco. Una ciudad preciosa muy conocida a través de películas donde aparecen sus inclinadas calles con tranvías y sus bellas casas victorianas además de su preciosa bahía, una de las más bonitas del mundo según cuentan y que con sus aguas rodean a la isla de Alcatraz con los restos de su famosa prisión. Disfrutamos durante dos días de la ciudad y sus lugares más pintorescos antes de comenzar el descenso a través de la costa pacífica, haciendo una pequeña parada en la acogedora ciudad de Carmel. Llegamos a la península de Monterrey e hicimos un recorrido por las 17 Mile Drive, una zona de campos de golf y ricas mansiones junto a la costa. Al día siguiente abandonamos la península y nos dirigimos hasta Los Ángeles haciendo pequeñas paradas en Santa Bárbara, Malibú y Santa Mónica lugares con famosas playas. Llegamos a Los Ángeles al atardecer y nos hospedamos en un hotel cercano al aeropuerto ya que al día siguiente regresábamos a España. Nos acercamos en bus hasta Santa Mónica y verla un poco más de cerca, paseamos por el muelle y la zona céntrica antes de regresar al hotel. En nuestra última mañana decidimos volver al mismo lugar para aprovechar las pocas horas antes de iniciar el viaje de regreso. Ya en el aeropuerto comenzamos el viaje atravesando gran parte de Los Estados Unidos antes de terminar la luz del día por lo que pudímos ver unos paisajes impresionantes, ya entrada la noche sólo quedaba intentar dormir para llegar a Londres lo más descansado posible. Llegamos temprano y nos tocó esperar unas horas antes de subir al avión que nos lleve a Madrid. Ya en Madrid, cada uno nos dirigimos a nuestros respectivo lugares donde vivimos, el comando andaluz a Sevilla y el extremeño a Almendralejo y Monesterio. Por fin en casa y bastante cansado después de más de 24 horas de viajes, poco tiempo si tenemos en cuenta la de Kilómetros que hemos hecho entre aviones y autobús, así es la vida del turista, el pequeño tributo que hay que pagar a cambio de tantas horas de disfrute conociendo lugares remotos, ciudades, gentes, culturas y tantas cosas que aporta el viajar y que enriquece al viajero engrosando el libro que cada uno escribe de su vida. Han sido 14 días para conocer una parte de este enorme país y hemos aprovechado cada día intentando ver todo lo posible ya que ha sido un viaje de muchos kilómetros por carreteras por lo que teníamos que apurar al máximo el tiempo que estábamos fuera del autobús.